En primer lugar abrimos los calabacines a lo largo y hacemos unos cortes en la pulpa. De esta manera nos resultará mucho más fácil vaciarlos una vez cocidos.
A continuación, los cocemos en abundante agua con una pizca de sal hasta que estén tiernos. Los escurrimos y dejamos atemperar para no quemarnos al vaciarlos. Reservamos ese agua de cocción para cocer después la quinoa.
Preparamos las verduras: limpiamos las zanahorias y el pimiento rojo y los cortamos en dados pequeños. Pelamos la cebolla y la cortamos en juliana junto con el bulbo de hinojo.
Vaciamos los calabacines con una cuchara, con cuidado de no romper la piel y dejando una capa gruesa, ya que nos servirá de cuenco para la quinoa. Troceamos esa pulpa y la reservamos.
En una sartén con un chorrito de aceite de oliva pochamos la cebolla y cuando esté transparente, agregamos el resto de verduras junto con la pulpa del calabacín.
Colocamos la quinoa en un colador fino y la enjuagamos bien bajo el grifo (si no lo hacemos nos quedará amarga). Agregamos la quinoa a la sartén con las verduras junto con 360 g del agua de cocción de los calabacines. Mezclamos bien y tapamos. Lo dejaremos cocinar, removiendo de vez en cuando, hasta que el agua se haya consumido y la quinoa esté suave. Retiramos del fuego.
Mezclamos la quinoa con las verduras pochadas.
Rellenamos los calabacines con la mezcla y desmigamos el queso de cabra por encima.
Gratinamos durante 10 minutos o hasta que el queso se haya fundido.