Con la ayuda de un cuchillo eliminamos las partes dañadas o mustias del brócoli. Otra forma sencilla de hacerlo es frotarlo suavemente con un rallador fino.
Con un cuchillo pequeño o puntilla, separamos los diferentes ramilletes del brócoli. Podremos dejarlos enteros o cortarlos más pequeños o en láminas. El tipo de corte dependerá del plato que vayamos a preparar.
Pelamos el tallo y lo cortamos también en trozos del tamaño deseado.
Enjuagamos muy bien el brócoli bajo el grifo o lo sumergimos unos minutos en agua con unas gotas de desinfectante especial para verduras.
Escurrir muy bien y cocinar y/o servir.
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