Pelamos y picamos la cebolla muy fina. La pochamos en una sartén con un chorrito de aceite de oliva y una pizca de pimienta recién molida (no añadimos sal, el queso es bastante salado).
Cuando la cebolla esté bien tierna y transparente, agregamos la mantequilla y la harina. Removemos bien hasta que se haga una pasta.
Poco a poco, y sin dejar de remover, vamos incorporando la leche.
Añadimos también el queso desmenuzado, una pizca de nuez moscada y seguimos removiendo a fuego medio hasta que la mezcla haya espesado y se pegue a la cuchara.
Probamos y, si es necesario, corregimos de sal, pimienta o nuez moscada. Agregamos las nueces picadas y mezclamos muy bien.
Retiramos del fuego y dejamos enfriar a temperatura ambiente. En este momento, tapamos con film transparente y metemos en la nevera un mínimo de 2 horas para que coja consistencia, puedes dejarlo incluso de un día para otro. Es importante que el film esté en contacto con la mezcla, así evitaremos que se reseque.
Cuando la masa haya reposado un par de horas en la nevera, con la ayuda de dos cucharas le damos forma a la croqueta. La pasamos por pan rallado y le acabamos de dar forma con las manos. La rebozamos en el huevo y otra vez en el pan rallado. Repetimos el proceso con toda la masa.
La freiremos en abundante aceite muy caliente, hasta que estén doradas. Si lo prefieres, puedes congelarlas antes de freírlas, te explico el proceso en las notas de más abajo.
Las dejamos escurrir un par de segundos sobre papel de cocina absorbente antes de servir. Las servimos bien calientes.
Notas
Cuando hago croquetas me gusta hacer de más, pues aunque no es complicado es un proceso que requiere algo de tiempo. Es por ello que todas las que no voy a consumir las congelo para otra ocasión.Congelar croquetas caseras es muy sencillo, pues cuando les hayamos dado forma, y antes de freírlas, las colocamos en una bandeja cubierta con papel de horno, ligeramente separadas las unas de las otras para que no se peguen. Las llevamos al congelador y, unas horas después, cuando estén bien congeladas, las pasamos todas juntas a una bolsa de congelación.En el momento de querer prepararlas, las freiremos sin descongelarlas en aceite caliente hasta que estén doradas. Será importante que el aceite esté caliente pero no en exceso, pues además de dorarse por fuera tienen que coger temperatura por dentro.A la hora de freír las croquetas, si el fuego está muy fuerte, se dorarán muy rápido por fuera y quedarán frías por dentro. Si el aceite está muy frío, el rebozado se deshará y las croquetas se abrirán.