En primer lugar vamos a limpiar las zanahorias y les quitaremos la piel con un pelador de verduras. Una vez limpias las vamos a pesar hasta que nos de unos 270 g aproximadamente, no pasa nada si la cantidad no es exacta.
A continuación (aún cruda) la vamos a rallar muy finita o, en mi caso, pasarla por el triturador (que queda perfecta) hasta que no quede ningún trozo grande.
A continuación, ponemos una cacerola a fuego fuerte con el vaso de vino blanco y los 3 clavos de olor y, cuando empiece a hervir, agregamos la zanahoria rallada y vamos removiendo lo justo para que no se nos pegue, hasta que se se evapore completamente el vino. Retiramos del fuego y reservamos. Una vez frío eliminaremos los 3 clavos de olor.
En la misma cacerola, a fuego lento, vamos a preparar nuestra bechamel muy espesa. Para ello vamos a derretir la mantequilla y agregaremos las 6 cucharadas generosas de harina, removiendo constantemente hasta que se tueste un poco. Seguidamente añadimos la leche, la nuez moscada y salpimentamos al gusto. No pararemos de remover hasta que espese.
Cuando tengamos nuestra bechamel lista la retiramos del fuego y mezclamos con la zanahoria que teníamos reservada. Dejamos reposar hasta que se enfríe y metemos en la nevera unas 4 horas para que se cuaje.
Transcurrido ese tiempo lo sacamos de la nevera y, con la ayuda de dos cucharas, le vamos dando la forma deseada: yo he hecho bolitas, pero también podemos darle forma alargada.A mí me han quedado 27 croquetas grandecitas, aunque dependiendo de su forma y tamaño te saldrán más o menos croquetas de zanahoria.
Las pasamos primero por el huevo batido y después por el pan rallado, les acabamos de dar forma y terminamos de cubrir completamente con el pan, apretando para que no se desprenda cuando las friamos.
A continuación, calentamos abundante aceite en una sartén o freidora y las freímos hasta que queden doraditas.
Cuando las saquemos las dejamos sobre un papel absorbente para eliminar el exceso de aceite.
Las serviremos calientes.
Notas
Cómo congelar las croquetas caseras
En el caso de que no queramos consumir las croquetas ese mismo día o para no desperdiciar todas las que nos sobren, podremos congelarlas antes de cocinarlas.Para hacerlo, las colocaremos en una bandeja, una al lado de la otra y las dejaremos en el congelador hasta que hayan endurecido por completo. En ese momento podremos colocarlas todas en una misma bolsa o contenedor de congelación hasta el momento de cocinarlas.Cuando las queramos disfrutar, solo tendremos que feriarlas, directamente sin descongelar, en aceite bien caliente.