Precalentamos el horno a 180ºC, con calor arriba y abajo sin ventilador.
Preparamos el molde para cupcakes, colocando una cápsula de papel en cada hueco del molde. Lo reservamos.
En el bol de la batidora agregamos la mantequilla derretida, el azúcar moreno y los huevos. Batimos a velocidad media hasta conseguir una mezcla homogénea.
A continuación añadimos el cacao en polvo, el bicarbonato, la sal y la vainilla; mezclamos bien.
Tamizamos la harina junto con la levadura en polvo, añadimos la mitad a la masa y mezclamos a velocidad baja para que se integre.
Agregamos también toda la leche y, cuando tengamos una masa homogénea, añadiremos el resto de la harina tamizada.
Cuando lo tengamos todo bien integrado, será el momento de agregar el agua, que previamente habremos calentado en el microondas (debe estar bien caliente pero no hirviendo). Batiremos a velocidad media hasta tener una masa homogénea y sin grumos.
Rellenamos las cápsulas para cupcakes ⅓ de su capacidad. Ten en cuenta que es muy importante no rellenarlos de más, ya que de lo contrario se derramaría la masa durante el horneado. Un truco para que nos queden todos los cupcakes del mismo tamaño, es usar una cuchara de servir helados para medir la cantidad de masa.
Llevamos al horno precalentado a 180 ºC con calor arriba y abajo sin ventilador unos 12-15 minutos o hasta que al pincharlos con un palillo nos salga limpio. Recuerda que dependiendo del tamaño del molde y del horno usados, el tiempo de horneado puede variar.
Sacamos los cupcakes del horno, los retiramos de la bandeja y los dejamos enfriar por completo sobre una rejilla.
Una vez tengamos la crema lista, vamos a repartirla en diferentes cuencos. Haremos tantas partes como colores diferentes queramos añadir a nuestro arcoíris. En mi caso serán 4: rojo, amarillo, azul y verde.
Agregamos una gota del colorante escogido en cada cuenco y mezclamos muy bien. A la hora de teñir el buttercream, empezaremos con poca cantidad de colorante e iremos aumentando la cantidad si queremos un tono más intenso.
Una vez tengamos todos los colores con la tonalidad deseada, ha llegado el momento de unirlos en una misma manga pastelera. Pero para conseguir este efecto remolino de arcoíris hay una técnica muy sencilla a la que debemos recurrir. Para hacerlo estiramos una lámina de film sobre la encimera y, sobre ella, vamos colocando los diferentes colores de buttercream, formando una línea al lado de la otra.
A continuación, y con mucho cuidado, vamos a enrollarlo para que el buttercream no se escape, cerrando muy bien las puntas tal y como puedes ver en el vídeo adjunto.
Cortamos la punta de la manga pastelera y, de forma opcional, podrás colocar dentro de la manga pastelera una pieza para enroscar la boquilla. Si no tienes esta pieza, coloca directamente la boquilla.
Ahora, y con mucho cuidado, introducimos este "paquetito" de crema de mantequilla dentro de una manga pastelera.
Tiraremos del film para que salga por la punta de la manga pastelera y lo cortaremos (puedes ver el vídeo que he adjuntado más arriba para verlo más claro). Finalmente solo nos quedará enroscar la boquilla escogida: en mi caso una boquilla de estrella.
Presionamos suavemente para que la crema baje y ya la tendremos lista para usar.
Decoración de los cupcakes arcoíris
Cuando los bizcochos se hayan enfriado por completo, podremos empezar a decorarlos. Será importante no colocar la cubertura si siguen templados, pues se derretiría con el calor.
Decorar los cupcakes con esta crema arcoíris es muy sencillo, solo deberemos hacer una espiral sobre el cupcake. Para hacerlo, empezaremos por la parte de fuera e iremos volteándolo y reduciendo el círculo a medida que vayamos hacia arriba.
Repetiremos el mismo proceso con todos los cupcakes y los llevaremos a la nevera para que la crema acabe de coger consistencia.
Ya solo nos quedará sacarlos de la nevera unos 30 minutos antes de servirlos, para disfrutarlos a temperatura ambiente.
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