En primer lugar será necesario enjuagar bien la quinoa, para ello la colocamos en un colador y la aclaramos muy bien pasándola por debajo del grifo con agua fría y removiéndola con las manos durante 1 o 2 minutos. ¿Por qué lo hacemos? la quinoa está cubierta por un polvito que le dará un sabor amargo durante la cocción si no lo eliminamos previamente, así que es importante no saltarse este paso.
Para cocinar la quinoa necesitaremos el doble de cantidad de agua que de quinoa, por lo que pondremos a hervir 400 g de agua con una pizca de sal. Una vez esté hirviendo bajamos el fuego a medio y añadimos la quinoa, tapamos y dejamos cocinar unos 15-20 minutos, hasta que veamos que ha doblado su volumen y está transparente, en este momento se debería haber absorbido todo el agua, por lo que no será necesario colarla. Pasado este tiempo deberá seguir crujiente, es como en la pasta que buscamos que quede al dente. Cuando la prepares las primeras veces puedes ir probando diferentes tiempos de cocción para encontrar el punto que más te guste.
La dejamos enfriar mientras preparamos el resto de ingredientes: limpiamos el tomate y lo cortamos en taquitos; pelamos y laminamos en aguacate y limpiamos los canónigos y la rúcula.
Colocamos todos los ingredientes en un cuenco y los aliñamos al gusto con sal, aceite de oliva virgen extra y vinagre de módena.
Notas
Para preparar esta ensalada podrás utilizar tu combinación de ingredientes favoritos. Algunos ejemplos son el huevo duro, atún, aceitunas, cebolla, etc.