En primer lugar pelamos los kiwis; los troceamos y los congelamos un par de horas.
Limpiamos las fresas y las dejamos en el congelador un par de horas.
Metemos la mitad de los cubitos de hielo en la batidora y los picamos hasta que queden en trozos pequeños. Añadimos los trozos de kiwi congelados y sirope de agave al gusto para endulzar. Trituramos hasta conseguir un granizado suave y sin trozos.
Rápidamente repartimos el granizado en vasos, llenándolos hasta la mitad. Enjuagamos la batidora y repetimos el proceso con el granizado de fresa.
Colocamos el resto del hielo en la batidora y lo picamos ligeramente. Añadimos las fresas y sirope de agave y trituramos hasta obtener un granizado sin trozos. Yo he reservado unas cuantas fresas pequeñas congeladas para decorar.
Servimos el granizado de fresa sobre el de kiwi y mezclamos ligeramente con una cuchara para que se entremezclen los colores. Decoramos con unas fresitas congeladas.
¡Degustamos inmediatamente antes de que se derrita!
Notas
Si te sobra una parte de la mezcla del granizado, puedes preparar ricos y sencillos polos. Sólo tendrás que rellenar los moldes para polos con el granizado sobrante, colocar un palito de madera y dejar congelar hasta el día siguiente!