Empezaremos dejando los anacardos en remojo durante un mínimo de 4 horas, aunque es preferible dejarlos toda la noche. Con esto conseguiremos que se suavicen y activen, potenciando todos sus beneficios. Pasado este tiempo los escurrimos desechando el agua.
En el vaso de la batidora agregamos los anacardos, el agua y las fresas bien limpias. Trituramos bien hasta que no queden trozos grandes. En este momento podemos endulzarlo triturando también dátiles naturales sin hueso, ½ vaina de vainilla, sirope de agave, o lo que prefieras. Yo he decidido no ponerle nada, ya que las fresas eran muy dulces y sabrosas.
Finalmente colamos la leche para que nos quede muy suave y ligera. Para ello usaremos una tela de muselina, que nos permitirá eliminar los restos más finos. Para que me resulte más cómodo hacerlo, yo apoyo la tela sobre un colador fino. Debemos escurrirlo bien para no desperdiciar nada de leche. Si no dispones de la tela de muselina puedes usar unas gasas limpias o directamente un colador de agujeros muy finos.
Reservamos la leche en una botella de cristal bien cerrada y en la nevera. Se conservará perfectamente durante un máximo de una semana.
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Notas
De forma opcional podrás endulzar esta bebida en el momento de triturar todos los ingredientes. Para ello puedes usar: dátiles naturales sin hueso, ½ vaina de vainilla, sirope de agave, stevia,...