Palitos de patata y queso ¡muy crujientes! Aperitivo o entrante fácil (croquetas de papa)
Descubre cómo preparar los mejores y más crujientes palitos de patata y queso fundido ¡increíblemente jugosos y deliciosos! son perfectos para dipear con tus salsas favoritas.
Empezaremos eliminando la tierra de las patatas, pues vamos a cocerlas enteras con la piel.
Colocamos las patatas en un cazo y las cubrimos con agua. Agregamos una pizca de sal y las cocemos hasta que estén blandas. Ten en cuenta que cuanto más grandes sean las patatas, más tiempo de cocción van a necesitar, por lo que es importante seleccionar patatas de un tamaño similar.
Cuando estén listas, las escurrimos y las dejamos enfriar un poco, hasta que podamos pelarlas sin quemarnos.
Con la ayuda de un cuchillo les quitamos la piel y las colocamos en un cuenco amplio. Al estar cocidas este proceso será muy sencillo, pues la piel saldrá prácticamente sola.
Con la ayuda de un prensador de patatas, las chafamos hasta conseguir un puré de patatas homogéneo y sin grumos.
A continuación, las condimentamos al gusto. En esta ocasión yo voy a agregar sal, pimienta recién molida, ajo en polvo y perejil seco, pero puedes escoger tus especias favoritas.
Añadimos también el queso rallado y la mitad de la maizena. Es importante no agregar toda la maizena a la vez, pues es probable que no la necesitemos toda.
Con la ayuda de nuestras manos iremos mezclando muy bien la masa. Poco a poco, iremos añadiendo más maizena, hasta conseguir la textura deseada. Buscamos una masa que podamos trabajar cómodamente con las manos y a la que podamos darle forma.
Cuando la masa esté lista, podremos empezar a dar forma a los palitos de patata. Para ello, cogemos una porción de masa y le damos forma de bolita. A continuación, vamos estirándola hasta darle forma de palito. Como ves en el vídeo, puedes hacerlo sobre una tabla de cocina para que te resulte más cómodo.
Repetiremos el mismo proceso hasta acabar con toda la masa, intentando que todos los palitos nos queden del mismo grosor y tamaño.
A continuación, calentamos una sartén con abundante aceite de girasol. Para freír los palitos lo haremos en varias tandas, pues es importante no llenar mucho la sartén para que no se peguen los palitos entre ellos.
Les iremos dando la vuelta para que se cocinen de forma uniforme. A medida que estén bien dorados, los sacaremos del fuego y los colocaremos en un plato cubierto con papel de cocina, así eliminaremos el exceso de aceite.
Los serviremos inmediatamente antes de que se enfríen junto con nuestra salsa favorita. ¡Totalmente irresistibles!
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Notas
Si no vas a consumir todos los palitos en el momento, es mejor no cocinarlos y dejarlos en la nevera en un recipiente hermético. Ten en cuenta que para que sean crujientes por fuera y cremosos por dentro deberemos servirlos recién hechos y nunca recalentarlos.