En un bol no muy grande o en un tarro de cristal, mezclamos bien los ingredientes del soaker hasta obtener una mezcla homogénea.
En otro bol o tarro, mezclamos los ingredientes de la biga. Pasados 5 minutos volveremos a mezclar otra vez.
Es importante hacerlo en este orden y lavarse bien las manos o no usar la misma cuchara para mezclar el contenido de ambos recipientes para evitar contaminación de levaduras en el soaker.Tapamos los recipientes con film y los dejamos en la nevera hasta el día siguiente.
Día 2: hacemos la masa de la pizza
Una hora antes de ponernos con la masa sacaremos los recipientes de la nevera para que cojan la temperatura ambiente.
Vertemos el soaker y la biga sobre la encimera bien limpia y seca y agregamos los ingredientes para la masa.
Amasamos durante 2 o 3 minutos hasta obtener una masa lisa y ligeramente pegajosa.
En este momento dejaremos reposar la masa 5 minutos y amasamos otros dos. Es normal que siga un poco pegajosa.
Engrasamos las bandejas que vayamos a utilizar con un poco de aceite de oliva (yo he hecho una pizza grande en la bandeja del horno) y estiramos la masa. Rociamos la masa con un poco de aceite y la cubrimos con film para que no se reseque (el aceite evitará que el film se pegue a la masa).
Relleno de la pizza:
Cortamos la cebolla en juliana y la ponemos en una sartén con un chorrito de aceite de oliva y sal al gusto. Dejaremos a fuego medio hasta que empiece a dorarse. En ese momento bajaremos el fuego y la dejaremos caramelizar a fuego lento unos 20 minutos aproximadamente. Si lo hacemos así caramelizará ella sola, sin necesidad de añadir azúcar.
Cuando la cebolla esté lista, cortamos la manzana a tiras y la añadimos a la sartén. Dejamos cocinar junto a fuego medio hasta que la manzana se ablande.
Vamos con el montaje de la pizza. Como habrás podido ver por la lista de ingredientes, esta pizza no lleva salsa de tomate, así que en la base pondremos un par de cucharadas de nata y salpimentamos al gusto.
Agregamos queso rallado por encima y lo cubrimos con la cebolla y las manzanas.
Repartimos también un puñado de nueces.
Espolvoreamos un poco de orégano seco por encima.
Precalentamos el horno a 180ºC, con calor arroba y abajo. Metemos la pizza en la parte baja del horno y horneamos unos 15-20 minutos o hasta que esté lista.