En primer lugar vamos a limpiar y a trocear el pollo. Para ello retiramos el exceso de grasa y las posibles plumas que se hayan quedado.
Vamos a separara también el muslo del contramuslo. Hacerlo es super fácil y rápido, pues solo deberemos cortar justo por la articulación, ya que de esta manera nos va a resultar muy fácil.
Pleamos también dos cebollas y las cortamos en juliana, es decir, a tiras no muy gruesas.
Enjuagamos los pimientos, sacamos las semillas y los troceamos.
Enjuagamos y troceamos también los tomates.
Vamos a pelar también los ajos.
Cuando lo tengamos todo preparado, podremos comenzar con la elaboración del plato. Así que calentamos una cacerola con un buen chorro de aceite de oliva y agregamos los dientes de ajo.
Los cocinamos unos 30 segundos y agregamos el pollo. Sazonamos al gusto con sal y pimienta y agregamos una hoja de laurel.
Vamos a dorar el pollo muy bien por ambos lados, dandole la vuelta de vez en cuando para que no se nos queme. No te preocupes si queda un poco crudo por dentro, ya que luego lo acabaremos de cocinar en la salsa.
Retiramos el pollo de la cacerola y agregamos las verduras. En el caso de que no quede casi aceite de oliva, podremos agregar un poco más.
Sazonamos las verduras y las pochamos a fuego medio unos 10 minutos.
Cuando las verduras se hayan ablandado, agregamos el vaso de vino blanco (puedes sustituirlo por caldo de pollo) y mezclamos bien.
Añadimos también el pollo, colocamos la tapa y lo cocinamos todo junto durante 20 minutos.
Una vez listo, de forma opcional, podremos triturar la salsa con una batidora o con un procesador de alimentos hasta que quede fina y sin grumos. Lo vertemos sobre el pollo y ya estará listo para servir.
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