En primer lugar limpiamos y cortamos el calabacín y la berenjena en rodajas finitas, intentando que todas nos queden del mismo grosor. Podremos hacerlo con un cuchillo o con una mandolina.
Una vez cortados los dispondremos en un colador y los salaremos para que vayan soltando el máximo de agua posible. Dejaremos escurrir unos 30 minutos.
Cortamos las lonchas de queso y jamón más o menos del mismo tamaño que nuestras rodajas de verdura (más o menos, no hace falta que sea perfecto).
A continuación, cogeremos dos rebanadas de calabacín o berenjena y en su interior colocaremos un trocito de jamón y otro de queso.
Pasamos los sándwiches primero por huevo batido y después por pan rallado. Es importante que cuando lo hayamos pasado por el pan rallado los aplastemos bien y lo pasemos por el pan las veces que sea necesario para que nos quede bien sellado (así no se escapará el queso). Nos tiene que quedar compacto, como si de una sola pieza se tratase. Click aquí para leer unos consejos para un rebozado perfecto.
En este momento podremos o bien congelarlo o cocinarlo. En las notas finales te explico cómo congelarlos correctamente.
Los freiremos en abundante aceite caliente, dándole la vuelta cuando se haya dorado por un lado. Para una versión más ligera y saludable, podremos cocinarlos en el horno o en una freidora de aire.
Notas
En el caso de que quieras mezclar los sabores, en lugar de dos rodajas de calabacín o dos de berenjena, podrás usar una de cada, y rellenarlos de la misma manera.
Cómo congelar los libritos, sándwiches o sanjacobos
Vamos a congelarlos inmediatamente después de empanarlos. Para ello los colocaremos en una bandeja cubierta con film o papel de horno, uno al lado del otro y los llevaremos en el congelador.Cuando hayan endurecido, podremos colocarlos en una misma bolsa o contenedor de congelación, donde los guardaremos bien tapados hasta el momento de cocinarlos.Para cocinarlos, tanto si los hacemos fritos, en el horno o en la freidora de aire, lo haremos directamente y sin descongelar.