Engrasamos 3 moldes con spray antiadherente y, de forma opcional, colocamos un círculo de papel de horno en el fondo del molde. En esta ocasión será importante que no sean desmontables, pues la masa es muy líquida y podría escaparse.
Encendemos el horno a 180 ºC con calor arriba y abajo sin ventilador.
En el bol de la batidora agregamos la mantequilla derretida, el azúcar moreno y los huevos. Batimos a velocidad media hasta conseguir una mezcla homogénea.
A continuación añadimos el cacao en polvo, el bicarbonato, la sal y la vainilla; mezclamos bien.
Tamizamos la harina, añadimos la mitad a la masa y mezclamos a velocidad baja para que se integre.
Agregamos también toda la leche y, cuando tengamos una masa homogénea, añadiremos el resto de la harina.
Cuando lo tengamos todo bien integrado, será el momento de agregar el agua, que previamente habremos calentado en el microondas. Batiremos a velocidad media hasta tener una masa homogénea y sin grumos.
Repartimos la masa entre los tres moldes y los llevamos al horno precalentado unos 15-20 minutos o hasta que al pincharlos con un palillo, nos salga limpio.
En este momento, los sacamos del horno, los dejamos atemperar durante 5 minutos y, en este momento, los desmoldamos sobre una rejilla de enfriado.
Lo dejamos enfriar por completo antes de rellenarlos.
Cuando esté listo, en lugar de agregar colorante, añadiremos las 3 cucharadas generosas de cacao en polvo y mezclaremos muy bien hasta obtener una masa homogénea.
Sobre el plato o bandeja en el que vamos a montar la tarta, colocamos el primer bizcocho y lo untamos con una capa de la crema de mantequilla y cacao.
Repartimos trocitos de toblerone, de chocolate blanco o negro, y cubrimos con otro bizcocho.
Repetimos el proceso y cubrimos con la última capa de bizcocho.
En este momento, y con la ayuda de una espátula repostera, cubrimos la tarta con el buttercream de chocolate.
Finalmente, solo nos quedará decorar la tarta al gusto. En esta ocasión yo he colocado unos triángulos grandes de Toblerone de chocolate blanco y he rellenado los huecos con la ayuda de una manga pastelera.
El toque final se lo he dado con unas estrellitas de azúcar y un poco de pintura dorada comestible.
La dejaremos en la nevera hasta 40 minutos antes de servir.