En primer lugar mezclamos la harina, la sal, el azúcar y la mantequilla muy fría cortada en dados. La vamos a trabajar muy poco y muy rápido para no calentarla y derretir la mantequilla. Yo lo hago con la amasadora, pero si no tienes puedes hacerlo con un tenedor o cuchara de madera, ya que el calor de las manos nos estropearía la textura que buscamos. La trabajaremos hasta conseguir migas de masa, no importa si nos quedan grumos.
Agregamos el agua muy fría (mejor si la hemos puesto con hielo para que esté bien fresquita) y seguimos batiendo hasta que la masa esté integrada. Añadimos el agua poco a poco, puede que no sea necesaria toda, cada harina absorbe una diferente cantidad de líquido. Seguimos trabajándola poco, sin calentarla.
Dividimos la masa en dos y formamos un disco con cada parte de masa. Para hacerlo seguimos sin manipular mucho la masa, simplemente juntamos los pedazos de masa y le damos forma. Envolvemos con film y dejamos reposar en la nevera mientras preparamos el relleno.
Para preparar el relleno de la tarta de manzana, empezamos pelando las manzanas, las cortamos por la mitad y les quitamos el corazón.
Laminamos la manzana y la colocamos en un cuenco junto con el azúcar, el zumo de limón, la canela, la vainilla, el clavo molido y el garam masala.
Tapamos el cuenco con papel film y lo dejamos reposar 30 minutos, para que vayan soltando todo su jugo.
Pasado este tiempo, escurrimos las manzanas y colocamos el jugo en un cazo a fuego medio y lo dejaremos reducir unos 5 minutos o hasta que empiece a espesar.
En este momento, agregamos la mantequilla y movemos el cazo para que se derrita e integre. Buscamos la textura de un sirope, que además va a concentrar muy bien todos los sabores. Con que nos queden 50g de sirope tendremos suficiente. Lo dejamos templar.
Agregamos la maizena y el sirope a las manzanas y mezclamos bien. Llevamos a la nevera mientras preparamos la masa.
Engrasamos el molde con mantequilla y estiramos un disco de masa con un rodillo. Para que nos resulte más fácil y no se nos pegue espolvoreamos la encimera, el rodillo y nuestras manos con harina. Seguimos manipulando la masa lo menos posible, ya que es bastante quebradiza. Cubrimos la base del molde con la masa, intentando que nos quede bien cubierto, sin grietas y del mismo grosor por todos lados.
Repartimos muy bien el relleno de manzana, cubriendo bien todo el fondo.
Estiramos el otro disco de masa y lo colocamos sobre la tarta, podemos cubrirla totalmente con la masa o con un efecto reja como he hecho yo.Como puedes ver en el vídeo, he cortado las tiras de diferente grosor para darle un efecto más rústico. Manipularemos la masa con cuidado, se rompe con facilidad.
Finalmente, pincelamos la tarta con huevo batido y espolvoreamos azúcar por encima. Esto le dará mucho brillo, además de un toque crujiente.
Metemos la tarta en el congelador mientras el horno se calienta a 200ºC, calor arriba y abajo.
Horneamos la tarta en la parte más baja del horno unos 45 minutos o hasta que la masa esté dorada y crujiente tanto por arriba como por abajo. Si vemos que se tuesta bastante por arriba, podemos taparla con papel de aluminio (esto ayudará a que se siga cocinando sin coger más color).
Cuando la saquemos del horno la colocamos sobre una rejilla para que se enfríe, de este modo evitaremos que la base se humedezca y nos quede muy crujiente.
Una vez fría o templada podremos servirla y disfrutarla.
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Notas
De forma opcional podremos servirla acompañada por una bola de helado. A mi me gusta con helado de vainilla y toffee.Como has visto, en esta ocasión hemos preparado nuestra propia masa casera. Esto la hace todavía más irresistible. Pero si vas justo de tiempo o no te apetece dedicarle tanto tiempo, podrás preparar esta tarta utilizando masa quebrada ya lista del supermercado.