Tarta fría fácil de frambuesa y limón. Receta sin horno
Tarta fría fácil de mousse de frambuesa y limón con base de galleta, elaborada sin horno ni fogones. Dale un sabor y color diferente usando otra gelatina.
El primer paso será machacar las galletas; para ello podremos picarlas en un procesador de alimentos o bien colocarlas en una bolsa de plástico y machacarlas con un rodillo de cocina.
Cuando las galletas estén bien picadas agregamos la mantequilla derretida y mezclamos bien.
Para conseguir un mejor acabado en la tarta, forramos el molde con una cinta de acetato. No te preocupes si al principio te resulta complicado colocarlo, al colocar la galleta nos quedará bien sujeto.
Cubrimos el fondo del molde con la masa resultante, apretando bien con una cuchara para conseguir una base compacta.
Dejamos reposar en la nevera mientras preparamos el relleno.
Elaboración de la mousse fácil de frambuesa y limón
Calentamos el agua en un cazo o en el microondas y agregamos la gelatina en polvo. Mezclamos bien para que la gelatina se disuelva por completo. En caso de que no se integre a la perfección, podemos calentarlo un par de segundos más, pero sin llevar a ebullición.
A continuación agregamos el zumo de limón y la leche condensada y mezclamos bien con una cuchara o varillas.
Con la ayuda de unas varillas eléctricas montamos la nata a punto de nieve. Recuerda que una vez esté montada debemos dejar de batir, ya que si nos pasamos batiendo la nata se nos va a cortar.
Nos aseguramos de que la mezcla de gelatina está fría y le incorporamos la nata montada. Mezclaremos con una espátula mediante movimientos suaves y envolventes para no bajar la nata y que nos quede una mousse aireada.
Vertemos la mezcla sobre la base de galleta y llevamos a la nevera un par de horas para que cuaje. Si quieres reducir el tiempo de espera, puedes llevarla al congelador unos 30 minutos.
Decoración final de la tarta
Para hacer la parte superior de gelatina, calentamos la mitad del agua y disolvemos en ella la gelatina en polvo.
Cuando ya no nos quede ningún grumo de gelatina lo mezclamos con el resto del agua y lo dejamos enfriar a temperatura ambiente.
Cuando tengamos la gelatina a temperatura ambiente, sacamos la tarta de la nevera o congelador y vertemos la gelatina por encima con mucho cuidado. El truco de la cuchara resulta muy útil para no deformar la tarta (puedes ver cómo lo hago en el vídeo de más arriba).
Ya solo nos queda llevar la tarta a la nevera y dejarla reposar otras 2 horas para que acabe de cuajar a la perfección. El toque final se lo daremos añadiendo ralladura de limón por encima para darle un poco de color y un extra de sabor.
Conservaremos la tarta en la nevera hasta el momento de servirla.
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Notas
Podrás preparar esta misma tarta usando gelatina y zumo de diferentes sabores.