En primer lugar vamos a pelar las patatas y cortarlas en tacos. Hacemos lo mismo con la cebolla y el calabacín.
A continuación, freímos la mezcla de verduras en una sartén con aceite muy caliente, removiendo de vez en cuando para que se cocinen de forma homogénea. Las sazonaremos al gusto con una pizca de sal.
Cuando las patatas, la cebolla y el calabacín estén listos, los escurrimos muy bien en un colador fino, para eliminar el exceso de aceite.
En un cuenco amplio batimos los huevos con un chorrito de leche, salpimentamos y agregamos un poquito de orégano.
Agregamos también las verduras y mezclamos todo muy bien.
Calentamos una sartén antiadherente con un chorrito de aceite de oliva y añadimos la mezcla para nuestra tortilla.
En este momento será importante dejarla cuajar y para ello mantendremos a fuego medio. Ten en cuenta que si ponemos el fuego muy alto, se nos quemaría por abajo y se quedaría cruda por dentro.
El tiempo de cocción de la tortilla dependerá de lo cuajada o líquida que te guste. A mi me gusta bien cuajada, por lo que la dejo unos 7 minutos (o hasta que veamos que el huevo empieza a estar bastante cuajado).
En este momento le damos la vuelta con mucho cuidado (podemos usar un plato o bandeja para que resulte más fácil) y dejamos cocinar otros 5 minutos por el otro lado.