En primer lugar prepararemos las judías verdes. Para ello las enjuagamos muy bien bajo el grifo y las dejamos escurrir. A continuación vamos a quitarles las puntas: un truco super fácil y rápido para hacerlo es coger un montoncito de judías y alinearlas, cortamos la punta y las alineamos nuevamente por el otro lado para poder cortar todas las puntas a la vez. Repetiremos hasta tener todas las judías verdes limpias y preparadas.
Colocamos las judías en una cacerola, las cubrimos con agua y agregamos 1 cucharadita de sal. Las coceremos entre 8 y 10 minutos, hasta que estén tiernas. Una vez listas las escurrimos inmediatamente.
Aprovechamos el tiempo de cocción de las judías para cocer los huevos. Hacerlo es tan fácil como colocarlos en un cazo y cubrirlos con agua. Los coceremos durante 10 minutos desde el momento en el que el agua empiece a hervir. Una vez listos, los escurrimos y colocamos en agua fría para parar la cocción y que se enfríen más rápidamente.
Mientras se cocinan las judías verdes y los huevos, cocinaremos también el beicon. Buscamos que nos quede bien crujiente, por lo que lo cocinaremos en una sartén bien caliente sin nada de aceite, removiendo de vez en cuando hasta que la grasa se haya derretido y esté crujiente.
Para preparar la salsa, en un cuenco pequeño, colocamos 1 cucharada de mostaza, 1 yogur natural sin azúcar, un buen chorro de aceite de oliva virgen extra y sal y pimienta recién molida al gusto. Lo mezclamos muy bien.
En un plato o fuente de servir, colocamos las judías verdes y vertemos el aliño de mostaza y yogur por encima.
Colocamos el beicon crujiente y los huevos cocidos cortados en cuartos por encima.
Finalmente añadimos el rulo de queso de cabra desmenuzado por encima y la tendremos lista para servir.
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