Montamos las claras a punto de nieve, es decir hasta que estén bien firmes.
En otro cuenco mezclamos el azúcar con el aceite y mezclamos bien con unas varillas manuales.
Añadimos la levadura e integramos.
A continuación agregamos la mitad de la harina tamizada y la leche. Mezclamos suavemente hasta obtener una mezcla homogénea y sin grumos.
Cuando tengamos una mezcla suave, añadimos el resto de harina tamizada y mezclamos bien.
En este momento agregamos el aroma de vainilla y mezclamos para que se integre.
Finalmente agregaremos las claras de huevo montadas. Para que nos quede un bizcocho muy esponjoso las añadiremos en dos veces, mezclando muy suavemente con una espátula de silicona con movimientos envolventes para que no se bajen. Este paso es el que nos garantizará un bizcocho de lo más esponjoso y aireado.
Engrasamos un molde de 18 cmcon spray antiadherente o mantequilla, vertemos la masa y lo llevamos al horno precalentado a 180 ºC con calor arriba y abajo sin ventilador unos 25 minutos o hasta que al pincharla con un palillo nos salga limpio. Será importante colocar el bizcocho sobre la rejilla del horno a media altura.
Cuando esté listo, lo sacamos del horno y lo dejamos reposar dentro del molde sobre una rejilla de enfriado durante 5 minutos. Pasado este tiempo, el bizcocho se habrá despegado de los laterales del molde y podremos voltearlo sobre la rejilla para que se acabe de enfriar por completo.
Preparación del bizcocho
Cuando el bizcocho esté frío podremos empezar con el montaje de la tarta. Y lo primero que haremos será cortar el bizcocho en 3 o 4 capas del mismo grosor según tus preferencias, en esta ocasión yo voy a hacer solamente 3.Para hacerlo podrás usar un cuchillo grande de sierra, aunque mi recomendación es usar una lira repostera, ya que es mucho más fácil que todas las capas nos queden del mismo grosor.
Para que la tarta nos quede mucho más bonita por dentro, yo voy a quitar tanto la parte superior como la posterior del bizcocho. Es decir voy a quitar las partes exteriores del bizcocho, esas más tostaditas, para conseguir una tarta muy blanquita por dentro. ¡Pero ojo, no tires esos recortes, que están deliciosos con un vaso de leche o café!
Recortaremos también la parte exterior de cada una de las capas de bizcocho. Podremos hacerlo con un cuchillo o bien con el aro de 15 cm que usaremos para montar la tarta, así nos aseguramos de que nos queda a la medida correcta.
Elaboración del relleno
Cuando tengamos el bizcocho preparado podremos empezar con la elaboración del relleno. Como lleva gelatina entre sus ingredientes no podremos hacerlo antes, ya que se nos empezaría a cuajar antes de poder colocarlo.
Empezaremos troceando la fruta escogida para rellenar la tarta, en mi caso fresa (que irá laminada) y mandarina (para la que escogeré gajos pequeños y los dejaré enteros).En esta ocasión yo he hecho 3 capas de bizcocho, por lo que voy escoger dos frutas diferentes para el relleno. Si lo cortas en 4 capas, podrás escoger 3 frutas diferentes para el relleno.
Reservamos la fruta a un lado mientras vamos con la elaboración del relleno.
En primer lugar agregamos el agua fría a la gelatina en polvo y mezclamos bien con una cuchara. Lo dejaremos reposar unos 5 minutos hasta que se haya hidratado.
Aprovechamos este tiempo para montar la nata bien fría al 50%. Es decir, no buscamos que nos quede firme, si no que cuando empiece a coger textura dejaremos de batir. Buscamos una consistencia cremosa pero fluida. Reservamos a un lado.
En un cuenco limpio colocamos el queso crema y lo ablandamos con una espátula de silicona, dándole unas vueltas hasta que esté cremoso.
Agregamos el yogur natural sin azúcar y mezclamos bien.
Añadimos el azúcar blanco y seguimos mezclando con la espátula de silicona hasta que esté perfectamente integrado.
Para que el relleno nos quede más aromático, agregamos también aroma de vainilla y el jugo de limón.
En este momento la gelatina se habrá hidratado, por lo que la llevamos al microondas unos 5 o 6 segundos para que se derrita. La agregamos a la mezcla y la integramos muy bien con la espátula de silicona.
Finalmente solo nos quedará integrar la nata montada al 50%, y lo haremos con movimientos suaves y envolventes para que nos quede una mezcla muy cremosa.
Montaje del relleno
Sobre el plato o base escogida para montar la tarta, colocamos una lámina de film transparente. Esto será muy importante para que no se nos escape el relleno y posteriormente la gelatina.
En el centro del plato o base colocamos un aro de 15 cm. Será muy importante usar un aro y no un molde con base para poder acabar la tarta correctamente y sin percances.
En este momento, el montaje será muy sencillo. Colocamos una lámina de bizcocho y un par de cucharadas del relleno, repartimos las fresas laminadas o la fruta escogida y la cubrimos con un poco más de relleno.
Repetimos el mismo proceso con otra lámina de bizcocho, relleno, gajos de mandarina o la fruta escogida y lo cubrimos con más relleno.
Finalmente lo acabamos con la última capa de bizcocho y lo cubrimos bien con el relleno restante, alisando la superficie con la espátula para que nos quede lo más lisa posible.
Subimos el film, que quedará pegado al aro sin problema y llevaremos a la nevera un mínimo de 6 horas para que coja consistencia.
Pasado este tiempo, pasamos una espátula o cuchillo por dentro del aro para despegar bien la tarta, despegamos el film y levantamos el aro con cuidado.
Ya tenemos la tarta lista para la decoración exterior de gelatina y fruta. Así que la dejaremos en la nevera hasta el momento de decorarla.
Decoración con frutas
Limpiamos la fruta que queramos usar y la troceamos para darle forma. En las notas finales te dejo un listado de las frutas que no podrás usar en esta receta, ya que impedirán que la tarta cuaje.En mi caso voy a dejar los arándanos enteros, partiré fresas pequeñas por la mitad, así como las uvas verdes. Además, usaré unos gajos pequeños de mandarina y rodajas de uvas negras.
Cuando tengamos todas las frutas preparadas, las iremos colocando alrededor de la tarta. Hacerlo es muy fácil pues gracias al relleno se quedarán pegadas muy fácilmente al presionar ligeramente. Iremos alternando frutas y colores para que nos quede lo más vistosa posible.
En este momento, colocaremos al rededor de la tarta unaro o molde sin base de 20 o 22 cm y una tira de acetato para poder desmoldar sin que se rompa. Mi aro es de 20 cm pero si has colocado trozos grandes de fruta, lo necesitarás un poco más grande.
En este momento será muy importante sellar bien la base de la tarta, porque la gelatina estará completamente líquida y si nos quedan huecos se va a escurrir por debajo. Para hacerlo subimos hacia arriba el film que habíamos colocado al inicio de la elaboración y lo reforzamos con más film, papel de aluminio o cinta adhesiva. Nos tenemos que asegurar que no queda ningún hueco por el que pueda escaparse el líquido, así que nos tomaremos el tiempo necesario.
Llevamos la tarta a la nevera mientras preparamos la gelatina.
Elaboración de la gelatina exterior
Para elaborar la gelatina, empezamos agregando unos 100 ml de agua fría a la grenetina para hidratarla, removemos para que se mezclen bien y lo dejamos reposar unos 10 minutos.
Mientras, en un bol a parte, colocamos la mitad del agua que nos queda y la llevamos al microondas para calentarla. No es necesario que llegue a hervir, solo que esté bien caliente para que al agregar el azúcar se disuelva sin problemas.
Añadimos el azúcar y removemos hasta que esté disuelto.
Cuando la gelatina haya absorbido todo el agua y esté hidratada, la llevaremos al microondas unos 10 segundos para que se disuelva por completo.
Vertemos la gelatina en el agua con azúcar y mezclamos bien.
Añadiremos también el zumo de limón, lo que nos ayudará a aportar un delicioso aroma cítrico a la tarta a la vez que nos ayudará a que las frutas no se oxiden y nos queden de un bonito color. Además, no viendo las frutas a través de la gelatina.
Agregamos el resto de agua fría y mezclamos bien. Ya tendremos la gelatina lista para acabar nuestra preciosa tarta.
Con la ayuda de un cazo, verteremos un poco de la mezcla muy despacio sobre la tarta. Esperaremos unos segundos para comprobar que no hay ninguna fuga por la parte de abajo y seguiremos vertiendo la gelatina con cuidado.
Cuando ya tengamos los laterales llenos de gelatina, colocaremos las frutas en la parte superior de la tarta. Mi consejo es que dejes algunas frutas enteras para que la tarta gane altura y quede mucho más llamativa.
Finalmente, verteremos el resto de gelatina por encima de la fruta. Es importante que bañemos toda la fruta con la gelatina, pues aunque no nos quede toda bien cubierta con ella, nos ayudará a que las frutas se queden pegadas entre ellas y además les aportará brillo.
Llevaremos la tarta a la nevera nuevamente un mínimo de 6 horas, así nos aseguraremos que ha tenido tiempo suficiente para cuajar.
Toques finales
Y ahora ya sí tendremos lista la tarta de frutas con gelatina, por lo que solamente nos quedará sacarla del molde. Lo haremos con mucho cuidado para que no se nos rompa.
Lo primero será eliminar todo el papel de aluminio y film transparente que habíamos colocado para que no escurriera la gelatina. Como puedes ver en el vídeo, en mi caso se salió un poco de la gelatina, pero gracias a que estaba perfectamente sellado fue una cantidad mínima.
Nos aseguramos de que hemos quitado todo el film y limpiamos muy bien el plato o base con un poco de papel de cocina antes de sacar el aro.
Pasamos un cuchillo o espátula entre el aro y el molde de acetato para despegarlos, ya que es muy probable que se haya colado algo de gelatina entre ellos.
Con cuidado sacamos el aro y el acetato y ya tendremos la tarta lista.
Pero voy a contarte un truco extra para que la tarta te quede todavía más perfecta y puedas reparar aquellas zonas en las que la gelatina se ha levantado un poco. Solo tendremos que calentar una cuchara sumergiéndola en agua caliente, la secamos bien y la frotamos suavemente por la zona a alisar.El calor de la cuchara derretirá ligeramente la gelatina y nos permitirá alisarla.
Como puedes ver nos ha quedado una tarta de lo más bonita y llamativa, pues la gelatina transparente nos deja ver las coloridas frutas que la decoran.
Además, el interior de la tarta también es de lo más espectacular. El bizcocho habrá absorbido parte del relleno, por lo que está increíblemente jugoso. Además, el contraste del bizcocho con el relleno blanco y las frutas del interior la hacen completamente irresistible.
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Notas
Frutas a evitar con la gelatina
A la hora de preparar esta tarta hay algunas frutas que deberemos evitar, ya que sus jugos contienen enzimas que van a impedir que cuaje. Así que evita usar piña, kiwi, mango, higos, papaya, jengibre, guayaba o papaya.