La primera vez que oyes hablar de ‘helado de aceite de oliva virgen extra’, es habitual que surja cierta sorpresa. No es un sabor habitual en el mundo de los postres, pero precisamente por eso resulta tan especial. Su textura sedosa y su sabor delicado, lleno de matices, lo convierten en una auténtica joya mediterránea que empieza a abrirse paso en las cocinas más curiosas y exigentes.
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Un poco de historia
Aunque en nuestras cocinas el AOVE suele estar reservado para salteados, aliños o para mojar pan como si no hubiera un mañana, en la alta cocina su uso en repostería lleva años en auge. Ferran Adrià y otros chefs vanguardistas ya jugaban con esta idea a finales de los 90. El aceite de oliva, bien elegido, aporta una textura untuosa, realza sabores y, sobre todo, despierta la curiosidad de quien lo prueba.
Este helado tiene algo de magia: es dulce, pero con un fondo que recuerda al campo, al sol, a la almazara. Y lo mejor: puedes hacerlo en casa sin complicarte la vida.
Por qué elegir un buen AOVE es clave (y cuál usar)
No todos los aceites de oliva son iguales. Para esta receta, te recomiendo optar por una variedad suave y frutal como la Arbequina, perfecta para postres por su sabor delicado, o una Hojiblanca si quieres un toque un poco más herbáceo y complejo. Si prefieres un sabor más potente, la Picual también puede ser una buena opción, aunque mejor en pequeñas dosis.
La tienda online Molino y Cata ofrece una colección de aceites de oliva seleccionados estupenda. Comprar ahí es como ir a una vinoteca de aceites: sales con un par de botellas nuevas, muchas ideas y la sensación de que eres un poco más gourmet.
Helado de Aceite de Oliva Virgen Extra
Ingredientes
- 500 ml nata para montar 35% materia grasa
- 250 ml leche entera
- 150 g azúcar
- 5 yemas de huevo
- 100 ml de Aceite de Oliva Virgen Extra (variedades recomendadas Arbequina u Hojiblanca)
- Una pizca sal
- Ralladura de limón, de naranja o media vaina de vainilla.
Elaboración paso a paso
- Calienta la leche y la nata en un cazo junto con la mitad del azúcar y una pizca de sal. Si quieres agregar aroma extra, añade un poco de ralladura de limón o naranja (sin la parte blanca), o media vaina de vainilla. Cuando empiece a hervir, retira del fuego.
- Mientras se calienta la leche, bate las yemas con el resto del azúcar hasta que la mezcla esté clara y espumosa.
- A continuación, vierte poco a poco la mezcla caliente sobre las yemas, sin dejar de remover. Esto evita que las yemas se cocinen de golpe y se formen grumos desagradables.
- Cremado suave: devuelve la mezcla al cazo y cocina a fuego bajo sin dejar de remover hasta que espese ligeramente. No debe hervir ni pasar de los 80ºC. Cuando la cuchara quede ligeramente napada (es decir, cuando al sumergir la cuchara y sacarla, la mezcla la recubra ligeramente como una capa fina y uniforme), está lista.
- Retira del fuego y añade el aceite poco a poco, batiendo enérgicamente hasta integrar bien. El resultado debe ser una crema suave, brillante y con cuerpo.
- Deja enfriar a temperatura ambiente y luego guarda la mezcla en un recipiente hermético dentro la nevera al menos 4 horas (toda la noche si puedes).
- Pasado este tiempo, si tienes heladera, sigue las instrucciones del fabricante. Si no, congela y remueve cada 45 minutos durante 3 horas para evitar cristales de hielo. Paciencia, que merece la pena.
Notas
Ideas para servir (y quedar como un chef)
- Un chorrito extra de AOVE justo al servir, como si fuera un caramelo líquido gourmet.
- Escamas de sal marina para un contraste brutal con el dulzor.
- Frutos secos tostados (almendras, pistachos, nueces)
- Fruta fresca: higos, fresas, melocotón asado…
- Virutas de chocolate negro
Este helado de Aceite de Oliva Virgen Extra no solo es una receta original, sino una manera de abrir la mente (y el paladar). Es perfecto para una comida especial, para sorprender a tus invitados o simplemente para darte un capricho que se sale de lo común.
Así que adelante: ponte el delantal, abre esa botella de buen AOVE y descubre por qué este helado se está convirtiendo en el nuevo imprescindible del recetario moderno. Spoiler: repetirás.